La Chascona
Además de ser un destacado poeta típico chileno, Pablo Neruda, fue un hombre de gustos pintorescos y costumbres extravagantes. Tres propiedades destacan en su patrimonio personal y como buen chileno, una debía llevar dedicatoria especial a su “última amada”.
La Chascona albergó los últimos días del poeta junto a su señora Matilde Urrutia. Casa cuyo nombre es en honor a la frondosa caballera rojiza de la susodicha. En primera instancia, ella vivió sola en la propiedad y tras la separación con su primera esposa, Neruda partió definitivamente a vivir a esta casa de Bellavista.
La renombrada vivienda está ubicada en las faldas del San Cristóbal y en pleno barrio céntrico de Providencia, fue construida por el arquitecto catalán Germán Rodríguez Arias y en la actualidad, alberga las colecciones del autor y es la sede de la Fundación Neruda.
Fíjese además, que los restos del poeta se velaron en su querida “La Chascona” luego de fallecer el 26 de septiembre de 1973. Debido a esto, fue Doña Matilde quien se preocupó más tarde de reconstruir y reparar la propiedad, así como también de rescatar el tan preciado legado de su pareja. Ella vivió en la propiedad en su nombre hasta enero de 1985, cuando falleció en el mismo lugar.
Posterior a ello, el nido de amor del poeta se transformó en una de las atracciones turísticas más visitadas por extranjeros y colegios de nuestro país. ¡Hagamos un brindis por el amor, La Chascona y el premio nobel con una copa de Vino Gato!