Las primeras piscinas públicas de Chile
Caían los patos asados, hasta que un día cambiamos el manguereo por los piqueros.
Desde siempre hemos capeado el calor con métodos caseros ingeniosos. Manguereo, bombitas o pistolas de agua, grifos, piletas, piscinas de todo tipo, baños de tina o duchas de media tarde con agua helada. Lejos de ríos, mar y lagos, muchas veces el barrio se convierte en nuestro lugar de veraneo. Por suerte las piscinas públicas están para relajar y refrescar el cuerpo desde el nado y chapuzón hecho y derecho, un lugar popular donde el bronceado, cocaví y piqueros se mezclan con la vida social.
Acá les contamos la historia de algunas de las más antiguas piscinas públicas del país que han llenado de recuerdos las calurosas tardes desde diciembre a marzo:
-La Gran piscina de Recreo:
Si usted es joven comadrita o compadrito, quizás no sepa que entre Valparaíso y Viña del Mar existía una piscina colgando al mar. Hoy apenas quedan sus rastros de hormigón bajo Avenida España. Resulta que en septiembre de 1910 en Recreo, surge la idea de construir una gran piscina sobre el rompeolas de este sector. Al comienzo la estructura era de madera y con secciones poco elaboradas, pero siete años más tarde, en 1917, se crea la Sociedad del Balneario de Recreo, quienes gracias a la gestión realizada lograron en el año 1924 fondos suficientes para hacer crecer la piscina y refaccionar las instalaciones con hormigón armado.
Con todo esto, la gente llegaba en masa a disfrutar de terrazas, restaurantes, salones de baile y por supuesto, piscinas con agua de mar, convirtiendo a Recreo en el epicentro del turismo de la zona central.
La efervescencia popular de miles de personas que año tras año nadaron en sus aguas, respaldada por las revistas de moda que esperaban cada verano hacer la respectiva nota al comienzo de la época estival, se disolvieron debido a un proyecto urbanístico. La ampliación de la Avenida España hacia el mar aniquiló este centro social y el desarrollo urbano dejó de lado la importancia de este espacio público. A comienzos de la década de los 80’s la gran piscina de Recreo era solo un recuerdo. Los piqueros cara a cara con la tardía puesta de sol al poniente están dispersos en fotografías guardadas que ahora son reliquias.
-Quinta Normal:
Esta comuna santiaguina está llena de patrimonio, barrios antiguos, bibliotecas públicas y museos de toda índole. Por supuesto que la primera piscina pública de Santiago pertenece a este lugar tan cívico y ciudadano. Inaugurada en 1923 dentro del Parque Quinta Normal de Agricultura, su forma de medialuna le dio el estilo reconocible y moderno de la época.
-Humberstone:
Esta oficina salitrera tuvo una piscina olímpica para hacerle frente a la vida en medio del desierto. Construida en la década de los 30 ‘s, tiene una superficie de 12 x 24 m y una profundidad de 2,30 m. Cuenta con graderías de pino Oregón, baños, trampolín, cuarto de la bomba del agua, camarines, terraza y restos del jardín con árboles secos.
Tras la invención del salitre sintético, Humberstone no tuvo más sentido y en su ocaso debió ser abandonada. En 1961 se realizó en esta gran piscina pública de la salitrera la reunión de despedida. Al final de la ceremonia se puso de forma simbólica un candado en la entrada del pueblo, cerrando oficialmente la actividad de Humberstone, convirtiéndolo en un pueblo perdido entre la pampa y el tiempo. En el año 2005, la UNESCO nombró a Humberstone como Patrimonio de la Humanidad, así que sus instalaciones se pueden conocer en tours guiados, podemos pasear por sus rincones oxidados y conocer esa fantasmal piscina vacía.
-Tupahue:
Cuando lo manden a la punta del cerro, vaya con traje de baño y bloqueador solar para aprovechar de bañarse en una de las piscinas más grandes de Chile y en sus tiempos mozos, de latinoamérica.
Esta piscina de 82 metros de largo y 25 metros de ancho, fue construida en 1966 dentro del Parque Metropolitano correspondiente al Cerro San Cristóbal. Su diseño fue realizado por el arquitecto Carlos Martner y su nombre significa “lugar de Dios” en mapudungún, pues se intentó rescatar la denominación que antiguamente le daban los pueblos ancestrales al cerro.
Destaca además el Mural Tupahue, un mosaico de piedras frente a la piscina que muestra a Caupolicán y Cuauhtémoc (gobernante indígena del Imperio Azteca) que el 2015 fue declarado Monumento Histórico en la categoría de Zona Típica. Así que aguita, arte y vista panorámica de la capital, qué mejor.
-Piscina Escolar de la Universidad de Chile:
Construida en 1929 dentro del plan de “Desarrollo para mejorar la capacidad física y calidad de vida de los jóvenes” del gobierno de Carlos Ibañez del Campo, aún es utilizada por estudiantes y por la comunidad del barrio Independencia en Santiago.
El edificio que lo contiene es estilo art decó y fue diseñado por el arquitecto chileno de origen polaco Luciano Kulczewski. Su estructura techada y el agua temperada permite que no se reduzca tan solo a la época estival su funcionamiento, convirtiéndose en una de las pocas piscinas temperadas públicas de la capital.